A través de la consulta observo, de manera repetitiva, la dificultad que encontramos para solucionar los problemas de salud y sanarnos.
Tendemos a pensar que el síntoma o la patología es algo aislado que nos ocurre y, en consecuencia, buscamos el antídoto, algo que lo elimine, que lo tape, lo oculte o lo atenúe, sin reparar en la causa para seguir en lo mismo; cuando en realidad, la mayoría de las veces, es un aviso para, por favor, dejar de estar en lo mismo y cambiar.
La cuestión es que, de la misma manera que las sociedades están cada vez más interconectadas y más globalizado el mundo, de modo que, un terremoto en Japón o unas elecciones en Francia pueden afectarnos; también nuestro organismo está interconectado, es un todo, que funciona globalmente, por lo que resulta inefectivo compartimentarlo. Puedo tener un dolor de barriga porque he comido algo pesado, por tener sobrecarga hepática o por la dificultad de digerir una vivencia emocional.
El cuerpo nos habla, el cuerpo se queja, el cuerpo expresa lo que le ocurre como vía de comunicar su condición en aras de recuperar la armonía interna. Por eso la enfermedad, en realidad, no es más que la expresión de la lucha del organismo por recuperar el equilibrio perdido. Algo ha desencajado y necesita urgentemente ser reparado. Lo que nos lleva a cuestionarnos, no de manera obsesiva sino consciente, ¿qué nos quiere decir el cuerpo?, ¿qué tenemos que mejorar o aprender?.
No vale todo. De la misma manera que no vale ir a la guerra para lograr beneficio económico a costa de vidas humanas o priorizar la rentabilidad a la salud, tampoco vale estresarnos hasta extenuarnos, sin atender ni respetar nuestras necesidades o echar comida al cuerpo como si fuéramos un contenedor, porque todo acto tiene una consecuencia y toda acción un efecto:
- Si el estrés cuestiona los niveles mínimos de descanso y puesta a punto, el cuerpo buscará contrarrestarlo a través de una gripe, una contractura o incluso un accidente que haga parar el ritmo insano.
- Si acumulo tensiones, me cuesta expresar lo que siento, me trago las vivencias duras y bloqueo la habilidad de eliminar y descongestionar, el cuerpo tenderá a intoxicarse y puede crear un estreñimiento, un quiste o incluso un tumor, dependiendo del grado de bloqueo.
- Si como azúcar, dulces y alimentos refinados en exceso, mi sistema inmune se debilitará, podré tener eczemas o me descalcificaré y si como producto animal en exceso mi cuerpo se sobrecargará, crearé alergia, las arterias se colapsarán o estaré brusco y de mal humor continuo.
Por que el cuerpo está diseñado no para maltratarlo sino para crear equilibrio y desarrolla su máximo potencial. Tan importante es comer bien como tener hábitos sanos, ritmos armónicos, actividad física regular, relaciones nutridoras, emociones positivas o claridad y sentido en lo que hago. Son todos aspectos que funcionan en común.
Resulta difícil responsabilizarnos de nuestra vida, tomar las riendas, reconducir el camino: dejar de maltratarnos con alimentos tóxicos y de pobre energía, ponernos en marcha y superar el sedentarismo, crear relaciones armónicas y amorosas. Cuesta porque no nos enseñan, porque estamos fragmentados y nos cuesta relacionar y entender. Cuesta ser responsables de lo que nos ocurre y entender que lo que nos pasa es consecuencia de nuestros actos, por el contrario aprendemos a culpar al otro o a lo de fuera.
Por todo ello, crear salud requiere algunos pasos:
- ¿Por qué?. Entender lo que pasa, ¿por qué me ocurre esto?. Acercarme, no con la mente, sino íntegramente, a la causa profunda, al origen y evitar quedarme en la apariencia. ¿Qué me quiere decir?, ¿qué necesito aprender?.
- Intención clara en superar el problema y mejorar.
- Eliminación de los obstáculos y las pautas que me debilitan y entiendo son la causa.
- Acción decidida en crear nuevas pautas y hábitos.
- Perseverancia. Entiendo que cuando me tambaleo, no es que esté en el camino equivocado, sino que existe una dinámica antigua, un patrón instaurado que se resiste a diluirse, así que cuando encontramos excusas o justificaciones para desistir, es cuando más necesitamos tener la suficiente cohesión y claridad para mantener la constancia y la perseverancia que pronto, nos hará sentir mejor.
- Nuevo escenario. Crear un nuevo escenario, una nueva situación donde el síntoma o la patología ya no tienen sentido pues hemos hecho las mejoras oportunas, hemos recibido el aviso y actuado en consecuencia.
En estos tiempos de recortes, carencias y oscuridad resulta difícil crear salud pero es una tarea ineludible. Recuperar el planeta y nuestro organismo requiere empezar por pequeños pasos y gestos: eliminar las bebidas refrescantes para recuperar mi flora, incorporar un cereal integral bio en el desayuno para tener más y mejor energía o estirar mi cuerpo para lograr más flexibilidad física y anímica.
Si la salud es nuestra esencia, pues somos, en origen, seres sanos, plenos y con máximo potencial de desarrollo; si hemos perdido el rumbo es menester recuperarlo, por nuestro bien y por el del planeta.