IMPORTANCIA DEL EQUILIBRIO PASO 10:
La salud es un camino, no es un estado. No se llega y se aparca, se está continuamente ajustando y balanceando.
En nuestro aprendizaje cartesiano, buscamos y nos anclamos en parámetros lineales, algunos de los cuales nos pueden resultar- según el criterio de valores dominante- buenos y otros malos. Pero la comprensión de la naturaleza y de la evolución de la vida, nos dice que nada hay bueno o malo "per ser", que lo que aparentemente puede ser bueno, puede resultar más tarde nefasto y viceversa; ya que, el encasillamiento en aspectos buenos y malos limita nuestra experimentación y dinámica de cambio.
Aprendemos a entender el efecto de los alimentos, no para crear doctrina ni axiomas, sino para entender cómo funcionan, el efecto que tienen y cómo me influyen. De manera que, pueda sentirme libre de comer cualquier alimento, solo que bajo el prisma de la conciencia. (Ej. una copa de alcohol puede ser dañina o liberadora, dependiendo de la condición y el estado de la persona; un filete de carne puede ser contraproducente para alguien con una enfermedad degenerativa o una sobrecarga hepática o simplemente alguien con mal humor, mientras que puede ayudar a alguien a ser más asertivo, firme y enraizado y evitar mareos y debilidad; un café puede activar y facilitar una digestión pesada o puede obstruir los riñones y favorecer un cuadro edematoso).
Comemos experimentando lo que ocurre en nosotros... y vivimos combinando y orientándonos, sin quererlo, al equilibrio.
En verdad, todo lo que ocurre dentro de nosotros, en la naturaleza, en el mundo financiero, político, deportivo, etc. no es sino una dinámica para reinstaurar el equilibrio.
El camino del equilibrio pues es una dinámica interna. Y como es una dinámica propia de la naturaleza y del universo, si nuestra dinámica es desequilibrada, perdemos la sintonía con la del resto del planeta.
A través de nuestra acción podemos lograr centrarnos y balancear nuestra condición, sabiendo que la elección cotidiana de alimentos nos puede llevar a reinstaurar el equilibrio o desequilibrarnos.
Es esencial que, cada individuo, en su fuero interno, alejado del manejo de la mente, sepa realmente, en qué camino está, si en el del equilibrio o en el del desequilibrio, y cuál es su dirección vital y, en consecuencia, desarrolle libertad de elección.