No es sentirnos culpables por la comida sino sentirnos responsables
Cuando nos planteamos la comida, habitualmente buscamos encasillar los alimentos como buenos o malos, permitidos o prohibidos. Esta clasificación mental y mecánica nos encadena a la culpabilidad y a la frustración interna.
Mejor es comprender, tomar conciencia del efecto de los alimentos y chequear nuestra condición. Saber, eso si, que la elección de los alimentos que ingerimos influirá en nuestro estado y salud, por lo que, más que encasillar es decidir de manera responsable, qué comida me ayuda a mejorar y cuál me debilita, para de ese modo, sentirnos abiertos, mostrarnos tolerantes y no caer en la culpabilidad ni la frustración. ¡Buena elección!.